Bendita ignorancia

Ya en el camerino Drácula llora desconsolado mientras dirige su mirada al espejo. No entiende por qué no se refleja. Así no hay forma de saber si lleva con elegancia su pelo engominado, si se maquilla bien la tez blanquecina o si los colmillos están lo suficientemente afilados, ¡a saber la imagen que dará en pantalla! Envidia la visibilidad del Hombre Lobo, quien se mira sin descanso en el espejo. No obstante, éste maldice entre angustiosos aullidos su desagradable hipertricosis y envidia a Frankenstein, quien se planta ante el espejo mientras se pregunta por el ser que lo observa fijamente.

 

(Microrrelato seleccionado en el IV Certamen de Microrrelatos de Cine Arvikis-Dragonfly 2013 y publicado en el libro «Bajo la alfombra roja»)

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