(o la imagen que me devuelve el espejo)

—Me llamo Iñaki Goitia Lucas. Soy filósofo y escritor, o escritor y filósofo, no sé qué es lo que vino primero. Mi relación con la literatura se remonta a mis primeras redacciones en el colegio, en las cuales mi desbordante imaginación de niño despistado narraba cuentos extraordinarios y…
—¿Acaso no leíste antes de empezar a escribir?
—Sí, bueno… tienes razón, me refería a la literatura escrita.
—¿Me quieres decir que las enseñanzas de caligrafía de tus profesoras no llegaron antes que tus cuentos?
—Es verdad, al César lo que es del César, se lo debo todo a mis profesoras del colegio.
—No seas tan humilde, tus pésimos cuentos “extraordinarios” que nunca hallaban fin son solo mérito tuyo.
—Lo cierto es que tras un largo periodo en el cual me interesaba todo menos la literatura, me volvió a picar de nuevo el gusanillo y empecé a escribir relatos cortos, microrrelatos… Gané, entre otros, premios como el Wonderland, el Premio Algazara de Microrrelatos, el Concurso de Narraciones Cortas Villa de Torre Pacheco, el Concurso Literario de Lasarte-Oria, el Certamen Literario Villa de Ermua…
—¿Vas a enumerar también los no ganados? Lo digo para ponerme cómodo…
—Eso no le interesa a nadie.
—Lo dices como si los ganados interesasen a alguien…
—Sigo. Mi siguiente proyecto es mi primera novela.
—No serás escritor hasta que escribas novela…
—Ya estamos… También he escrito ensayo, artículos, haikus, letras de canciones…
—No serás escritor hasta que publiques algo…
—¡Ya lo he hecho en más de una veintena de libros! “Cuentos alígeros”, “Bajo la alfombra roja”, “El día de los cinco Reyes y otros cuentos”, “Cryptonomikon 3”, “La grieta”, “Deseos humanos”, “Revelarse”, “99 crímenes cotidianos”, “Conseguir los sueños”…
—Junto a otros escritores.
—¡Grandes escritores!
—Que ocultan tu mediocridad.
—¡Yo no tengo la culpa de que cuando era niño mi hermano me apagase la luz siempre que quería leer por las noches!
—No eches la culpa de tu procrastinación a tu propio hermano.
—Tienes razón… ¡qué vergüenza!
—No te fustigues. Escribe mil veces en el espejo “No volveré a procrastinar”. Es lo más parecido a una publicación que verán tus ojos.
—¿Y la novela?
—Otro día.

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Aparte de en esta página, puedes encontrar mis relatos en unas cuantas publicaciones:

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También he ganado algunos premios a lo largo de estos años